Arte Neoclásico
La arquitectura, la escultura y la pintura defines del siglo XVIII y los primeros años del siglo XIX se convirtieron en importantes testimonios del pensamiento de la Revolución Francesa y de la época napoleónica.
Arte y política
En
los años previos al estallido de la Revolución Francesa se inició en Francia el
Neoclasicismo. Esta corriente estilística reaccionó frente a las formas
monumentales y fastuosas del Barroco y del Rococó para centrarse en formas más
simples y armoniosas.
El
nuevo estilo buscó en los modelos del Renacimiento y de la antigüedad clásica
su fuente de inspiración. El descubrimiento y posterior excavación de las minas
de las ciudades italianas de Pompeya
y Herculano, sepultadas por una erupción del volcán Vesuvio en el año 79 d.C.,
favorecieron el interés por el arte grecorromano. La investigación arqueológica
en el suelo griego y la isla de Sicilia también permitió descubrir obras
clásicas.
Estos
hallazgos despertaron un considerable entusiasmo entre los hombres de la Ilustración,
quienes valoraron especialmente la armonía y el equilibrio del arte antiguo.
Para estos pensadores, el arte debía tener un fin didáctico y moral. Según
Diderot, el arte debía “hacer la virtud atrayente, el vicio odioso y el
ridículo claoroso”. Por su parte, la ideología de la Revolución Francesa.
encontró
su medio de expresión y propaganda en las formas características de Grecia y.
especialmente. de Roma. Con Napoleón Bonaparte, el estilo neoclásico halló una
nueva vía de afirmación al servir de soporte a su concepción del poder
centralizado, que se manifestó a través de la figura imperial.
El
estilo neoclásico excedió el marco de la arquitectura, la pintura y la
escultura e influyó en el mobiliario, la cerámica y los tejidos.
El
Pintor de la Revolución y el Imperio
Jacques
Louis David (1784-1825) fue el pintor neoclásico por excelencia y el más
admirado de su tiempo. Como los pensadores de la Ilustración, él también creía
que el arte podía revelar con facilidad verdades a las que la razón llegaba con
mayor esfuerzo. Comprometido con la Revolución. David consideraba que sus
pinturas debían contener una enseñanza, expresada de manera clara y sobria. Más
tarde, se convirtió en el primer pintor de Napoleón y retrató los momentos más
importantes de su carrera militar y política. Tras la caída de Napoleón,
abandonó Francia y se exilió en Bruselas, donde murió.
Cupido y Psiquis.
Detalle de la escultura en mármol de Antonio Canova (1757-1822).
El veneciano Canova es
el máximo representante de la escultura neoclásica.
El juramento de los
Horacios. Óleo de David, 1784.
En
esta obra, el artista representa un episodio de la historia de Roma: en un
momento de extremo peligro, tres hermanos romanos, hijos del jefe militar
romano Horacio, deben luchar a muerte contra tres hermanos de la ciudad enemiga
de Albalonga, llamados los Cudacios, por el honor de su ciudad y el dominio del
territorio. David pintó el momento en que los jóvenes juran, ante las espadas
que sostiene su padre, morir por su patria, a pesar de que las dos familias
—los Horacios y los Curiacios— estaban unidas por lazos familiares. A la
derecha de la composición, las mujeres de la familia lloran con desesperación.
Si bien este cuadro fue pintado pocos años antes de 1789, cuando estalló la Revolución
se vio en él un antecedente de la misma, porque el tema destaca los valores de
la libertad y la defensa de la patria y exalta a la República romana como una
época en la que se desarrollaron especialmente esos valores.
Arco de triunfo de la
Plaza del Carrousel. Arquitectos Carlos Percier y Pedro Fontaine, 1806.
Con este monumento,
inspirado en los arcos de triunfo romanos, se exalta la figura de Napoleón. La
decoración del arco alude a la victoria de las tropas imperiales en todos los
frentes de batalla. Sobre las columnas se levantan las estatuas de soldados
napoleónicos.
Las sabinas. Óleo de
David, 1799
Nuevamente la exaltación
del valor se encarna en la historia de la antigua Roma. En este caso, David
representó el episodio en el que las mujeres sabinas, raptadas por los romanos
que carecían de mujeres en la recientemente fundada Roma, se interponen entre
sus maridos (los romanos) y sus padres para obtener la paz. El extremo rigor de
la composición no impide que trasunte gran dramatismo. La mujer con los brazos
abiertos, que impone con su gesto el fin de la lucha, encierra una intención
política: es un símbolo del triunfo y un llamado a la reconciliacion. Cuando
David pintó este cuadro, Napoleón iniciaba su
brillante carrera.
Consagración de Napoleón.
Óleo de David, 1808.
En esta obra se
representa el momento en el que Napoleón, que ya se ha coronado emperador,
corona a su esposa Josefina. Deliberadamente David representa al gobernante
como a un emperador de la antigua Roma, tal como lo sugiere el uso de la corona
de laurel, las sandalias, la túnica y la toga (en este caso con el borde
ricamente bordado)
Surge a mediados del siglo XVIII y se mantiene, junto con otras tendencias artísticas muy diversas, a lo largo del siglo XIX. Los centros principales serán Roma y París .Constituye una reacción clasicista frente al Barroco favorecida por la Ilustración.
Es un intento de someter la creación artística a reglas racionales y de elaborar modelos de validez universal
De entre la diversidad de formas y de ideas entonces en auge sobresalieron aquellas que se inspiraron en Grecia y en Roma como modelos sublimes, consecuencia de un espíritu eminentemente racionalista y de recientes descubrimientos arqueológicos. Por efecto de esa mentalidad nueva, se rechazaron los efectos ilusionistas y a los excesos imaginativos de la tradición barroca y rococó, a la que censuraron por ser un arte irracional y moralmente reprobable y por estar al servicio del poder absoluto y no al de la mejora de la sociedad en su conjunto. Representa, pues la segunda oleada recuperadora de la antigüedad greco-latina en la Historia del Arte, ya que fue precedido en la misma empresa por el Renacimiento. Los hallazgos arqueológicos aparecidos en Herculano (1719) y Pompeya (1748) actuaron de motor de arranque.
En efecto, estas ciudades romanas sepultadas por la erupción del Vesubio en el año 79, fueron descubiertas y excavadas, y sus hallazgos contribuyeron, sobre todo a partir de la década de los cincuenta, a un conocimiento más profundo y extenso del arte romano y griego y al fomento de la historia artística de la antigüedad. Los descubrimientos originaron una marea de publicaciones que los difundieron por toda Europa y contribuyeron a una divulgación más amplia y profunda del arte clásico. Todo ello se vio además favorecido y promovido por el afán coleccionista de los anticuarios y de personalidades significativas .Pero el fin último del arte neoclásico -que en su momento recibe el nombre de “estilo verdadero"- era servir a la nueva sociedad que emerge en la segunda mitad del XVIII, perfeccionarla a través de los valores clásicos del arte, inculcando a los pueblos la razón y la moralidad, y mostrándoles el esplendor de una civilización ordenada, sellada por las virtudes cívicas: la libertad del habitante de la polis griega y la dignidad del ciudadano romano. A la difusión de los modelos clásicos contribuyeron personalidades tan significativas para la comprensión de la cultura de la segunda mitad del siglo XVIII como Winckelman, el padre de la Arqueología y de la Historia del Arte, y Mengs, el pintor filósofo.
WINCKELMAN
Publicó en 1755 su obra "
Reflexiones sobre la imitación de los griegos en la pintura y escultura
", que pronto será considerado como el ideario estético del nuevo estilo. Expone que "a los modernos sólo les queda un camino para ser grandes y quizás inigualados: imitar a los antiguos". Y añade que las esencias del arte clásico residen en "la noble sencillez y la serena grandeza".
MENGS
Fue pintor y tratadista. Como pintor rompe con la tradición de los techos de perspectiva fingida barroca, optando por fórmulas claras y precisas. Y como tratadista sostenía que el arte era superior a la naturaleza, de modo que el pintor debía depurar con la imaginación y el intelecto las imperfecciones de la realidad.
ACADEMIAS DE BELLAS ARTES
Contribuye también, en mayor medida si cabe, a la aceptación internacional de los principios neoclásicos. Estas Academias constituyen, sin duda, la institución artística más característica de la Ilustración, aunque en algunos países, por ejemplo Italia y Francia, ya existían desde hacia largo tiempo. (París, 1648).
Durante la segunda mitad del XVIII adquirieron un auge inusual, pues, si en 1720 había en Europa 19, en 1790 se podían contar más de 100.Las Academias contribuyeron a que la pintura, la escultura y la arquitectura dejaran de ser oficios mecánicos para convertirse en artes liberales, y que el artista abandonase el estamento artesanal para transformarse en un profesional independiente, proceso que ya vimos iniciarse en el Renacimiento .Estas Academias: sirvieron de instrumento catalizador del cambio del gusto al dirigir teóricamente la práctica del arte hacia el clasicismo y el racionalismo a través de la enseñanza. Esta enseñanza se pretendía uniforme, intelectual, racional y metódica, al margen de los gremios y los talleres.
En los países donde predominaba el sistema absolutista ejercieron el control del arte nacional centralizando todas las realizaciones por medio de la supervisión de los proyectos.
Sirvieron también para tratar problemas técnicos al establecer sesiones periódicas entre sus miembros.
Por último, en algunos países, asumieron una finalidad comercial Según sus orígenes se pueden distinguir varios tipos de Academias:
Las Reales promocionadas oficialmente por las distintas coronas absolutistas dependiendo del gobierno central, tal y como ocurrió en Francia y en España ("Academia de Bellas Artes de San Fernando", 1752);
Las privadas, financiadas y protegidas por los particulares, como es el caso de Inglaterra con la fundación en 1768 de la "Royal Academy" de Londres;
Y las municipales vinculadas a los municipios (Países Bajos)El sistema educativo académico se basaba en el cultivo del dibujo y constaba de un programa reglado en tres cursos:
El nivel más elemental se impartía en la "sala de principios". En esta aula eran admitidos todos los aspirantes, que aprendían a soltarse la mano mediante la copia de partes anatómicas simples, como ojos, nariz, boca y orejas, según patrones recogidos en cartillas, que el futuro pintor diseñaba y el escultor modelaba.
Un segundo escalón estaba en la "sala del yeso" y en la "sala del maniquí", donde respectivamente se copiaban los moldes en escayola de la estatuaria antigua y se instruían en el tratamiento de los ropajes.
WINCKELMAN
Publicó en 1755 su obra "
Reflexiones sobre la imitación de los griegos en la pintura y escultura
", que pronto será considerado como el ideario estético del nuevo estilo. Expone que "a los modernos sólo les queda un camino para ser grandes y quizás inigualados: imitar a los antiguos". Y añade que las esencias del arte clásico residen en "la noble sencillez y la serena grandeza".
MENGS
Fue pintor y tratadista. Como pintor rompe con la tradición de los techos de perspectiva fingida barroca, optando por fórmulas claras y precisas. Y como tratadista sostenía que el arte era superior a la naturaleza, de modo que el pintor debía depurar con la imaginación y el intelecto las imperfecciones de la realidad.
Apolo
como personificación del mediodía
ACADEMIAS DE BELLAS ARTES
Contribuye también, en mayor medida si cabe, a la aceptación internacional de los principios neoclásicos. Estas Academias constituyen, sin duda, la institución artística más característica de la Ilustración, aunque en algunos países, por ejemplo Italia y Francia, ya existían desde hacia largo tiempo. (París, 1648).
Durante la segunda mitad del XVIII adquirieron un auge inusual, pues, si en 1720 había en Europa 19, en 1790 se podían contar más de 100.Las Academias contribuyeron a que la pintura, la escultura y la arquitectura dejaran de ser oficios mecánicos para convertirse en artes liberales, y que el artista abandonase el estamento artesanal para transformarse en un profesional independiente, proceso que ya vimos iniciarse en el Renacimiento .Estas Academias: sirvieron de instrumento catalizador del cambio del gusto al dirigir teóricamente la práctica del arte hacia el clasicismo y el racionalismo a través de la enseñanza. Esta enseñanza se pretendía uniforme, intelectual, racional y metódica, al margen de los gremios y los talleres.
En los países donde predominaba el sistema absolutista ejercieron el control del arte nacional centralizando todas las realizaciones por medio de la supervisión de los proyectos.
Sirvieron también para tratar problemas técnicos al establecer sesiones periódicas entre sus miembros.
Por último, en algunos países, asumieron una finalidad comercial Según sus orígenes se pueden distinguir varios tipos de Academias:
Las Reales promocionadas oficialmente por las distintas coronas absolutistas dependiendo del gobierno central, tal y como ocurrió en Francia y en España ("Academia de Bellas Artes de San Fernando", 1752);
Las privadas, financiadas y protegidas por los particulares, como es el caso de Inglaterra con la fundación en 1768 de la "Royal Academy" de Londres;
Y las municipales vinculadas a los municipios (Países Bajos)El sistema educativo académico se basaba en el cultivo del dibujo y constaba de un programa reglado en tres cursos:
El nivel más elemental se impartía en la "sala de principios". En esta aula eran admitidos todos los aspirantes, que aprendían a soltarse la mano mediante la copia de partes anatómicas simples, como ojos, nariz, boca y orejas, según patrones recogidos en cartillas, que el futuro pintor diseñaba y el escultor modelaba.
Un segundo escalón estaba en la "sala del yeso" y en la "sala del maniquí", donde respectivamente se copiaban los moldes en escayola de la estatuaria antigua y se instruían en el tratamiento de los ropajes.
Finalmente, en la "sala del modelo vivo", los alumnos más aventajados SE ejercitaban en la reproducción del cuerpo humano desnudo al natural. Quienes superaban correctamente esta última prueba eran considerados artistas y la academia les expedía el diploma acreditativo. Por su parte, los arquitectos se educaban proyectando edificios según la preceptiva de los teóricos italianos: Vitrubio, Vignola y, sobre todo, Palladio. La devoción que los académicos neoclásicos mostraron hacia el código de " Quattro Libri dell'Architettura di Andrea Palladio " (Venecia, 1570) dio origen al "neopalladianismo", enriqueciéndose las principales capitales europeas y estadounidenses con monumentos inspirados en la visión que este arquitecto tuvo dela antigüedad grecorromana.
ARQUITECTURA: JUAN DE VILLANUEVA
Junto al estilo cortesano, risueño y halagador, el siglo XVIII ve desarrollar simultáneamente otro tipo de arquitectura, basada mucho más en el orden clásico yen los modelos de la antigüedad. Sobre todo a fines del siglo, con el estímulo de la nueva sociedad que la revolución sueña con implantar, con los estudios de lo antiguo, renovados por los descubrimientos de Pompeya y Herculano, y con las reflexiones teóricas de los historiadores, encabezados por Winckelman, se producen obras y proyectos de un enorme interés. Es preciso distinguir, en lo que habitualmente se llama neoclasicismo, dos líneas diferentes: una arquitectura que en realidad sigue siendo barroca, con sus postulados de exaltación del poder y la autoridad, pero que por voluntario deseo de contraste con el Rococó, va desnudando sus elementos y tendiendo a una simplicidad casi romana; y otra arquitectura diversa, esencialmente funcional y desnuda, cargada a veces de intención simbólica, que constituye la verdadera arquitectura dela razón, que tanto preocupó a los revolucionarios para ponerla al servicio de una sociedad nueva.
Este tipo más nuevo de la arquitectura de la razón, preocupado por la consecución de las tres normas vitrubianas que debían constituir el fundamento de toda arquitectura: UTILIDAD, FIRMEZA Y BELLEZA, además de concebir el IDEAL DE BELLEZA BASADO EN LA SIMETRÍA Y EN LAS PROPORCIONES DELAS PARTES (proporciones que en esta disciplina guardan relación estrecha con las partes del cuerpo humano), se vuelca sobre todo en arquitecturas de tipo práctico o industrial, nuevas, en cierta manera, como consecuencia de los cambios económicos y sociales, y al servicio de la colectividad o del Estado: bolsas de comercio ,bibliotecas, teatros, museos, cementerios, hospitales, observatorios astronómicos, cárceles, etc...De manera muy general podemos decir que en esta arquitectura neoclásica:
Es una arquitectura erudita y racional. Representa un concepto de belleza basado en la pureza de las líneas arquitectónicas, en las formas geométricas claras, en la medida clásica. Frente al subjetivismo barroco se opone la objetividad de la belleza basada en la racionalidad.
Gusto por la sencillez y severidad: predomina lo arquitectónico sobre lo decorativo. Para Winckelmann la belleza de los edificios radica en su monumentalidad, simetría, proporciones sujetas a las leyes de la medida y de las matemáticas.
Emplea elementos básicos de la arquitectura clásica: la columna recobrará su antigua importancia, los órdenes, especialmente dórico y jónico, volverán a sus proporciones, proliferarán los frontones triangulares poblados de estatuas.
Toma de Roma (y, por supuesto de los ejemplos renacentistas) la concepción del espacio interior y la cúpula.
Los temas decorativos también son tomados de la Antigüedad: guirnaldas,rosetas, ovas y meandros.
El edificio clásico más empleado como modelo por el arte neoclásico es el templo, griego y romano, especialmente el pórtico y el frontón, que se emplean incluso como modelo en las construcciones civiles. También encuentran los arquitectos en Palladio y sus "Libros de Arquitectura" multitud de modelos y soluciones que enriquecerán a las principales capitales europeas.
Las construcciones son principalmente de carácter civil: museos, academias, bibliotecas.
El urbanismo busca los trazados geométricos, de damero, o estrellados, con amplias avenidas y plazas. En la ciudad, zonas verdes. Pocos países opusieron tan denodada resistencia al Neoclasicismo como España, donde el Barroco había encontrado antes un clima tan favorable. Pero ya la entrada de artistas extranjeros, a comienzos del reinado de Felipe V, para trabajar en obras cortesanas, había iniciado una depuración de formas que alcanza su punto culminante en la segunda mitad del siglo XVIII. Circunstancia decisiva fue la fundación de las Academias, a imitación de las francesas, primero la de Bellas Artes de San Fernando de Madrid en 1752, y luego en Valencia, Zaragoza, Cádiz, Valladolid,... De estos centros partieron las primeras orientaciones neoclasicistas, los programas artísticos conforme a un prefijado ideal de belleza grecorromano. Precisamente, la Academia de Arquitectura fue la que produjo mejores frutos. Secrean ahora pensiones en Roma para aumentar el estímulo y mejorar la formación delos más dotados y se escribe acerca del bello ideal neoclásico frente al “abominable" arte barroco.
En la época de Carlos III -el Rey Reformador- se emprende una laborextraordinaria de mejora urbana, especialmente visible en Madrid. Se retiran los pisos volados de las viviendas medievales con lo cual las calles reciben mejora ireación e iluminación; se crea el alumbrado público y hay mejoras asimismo en la pavimentación, abastecimiento y saneamiento. Al mismo tiempo se atiende al ornato público: se abren calles amplias, se colocan arcos de triunfo, puertas conmemorativas, fuentes con estatuas y surtidores de agua, concediéndose gran importancia a los jardines. La historia del Neoclasicismo español empieza con
Ventura Rodríguez
(1717-1785), arquitecto muy entroncado con el barroco, pero cuya evolución hacia el nuevo estilo se nos presenta paulatinamente con toda claridad. Hizo infinidad de proyectos de nueva planta y de reforma de construcciones anteriores. (Fachada de la Catedral de Pamplona).
Sabattini
(Puerta de Alcalá) inició el paso hacia el clasicismo griego, que encarna
JUAN DE VILLANUEVA
(1739-1811), el más grande de nuestros arquitectos neoclásicos y prototipo de arquitecto neoclásico europeo. Se forma en la Academia de San Fernando, obtiene una pensión para ampliar estudios en Roma, lo que le permite visitar Pompeya y Herculano y, a los veintiséis años, regresa a España empapado de "neopalladianismo".Con este bagaje es nombrado arquitecto del monasterio de El Escorial, empleo que acepta con entusiasmo "por la oportunidad de perfeccionarse en su profesión, estudiando en aquel insigne edificio y en su copiosa biblioteca ".En razón de su cargo realiza, en 1773, la "Casita de Arriba " y la "Casita de Abajo o del Príncipe " para los hijos de Carlos III, dos villas de recreo en la sierra madrileña.
En la Casita del Príncipe coloca un orden tetrástilo griego, mientras que en la casita de Arriba adopta, ya para siempre, la disposición helena "in antis”, mostrándose vivo en ella el recuerdo de la "Rotonda" de Palladio. En 1784 edificaba también para el futuro Carlos IV la "Casita del Príncipe en el Real Sitio de El Pardo ", donde hallamos ya el germen de su magna obra, el Museo del Prado, tanto en planta (abandono de la planta central optando por un diseño rectangular), como en el uso combinado de la piedra y el ladrillo y en los buscados contrastes de luz y sombra.
Estos encargos le valieron el favor real, siendo ascendido a la dirección general de la Academia de San Fernando y honrado con el título de Maestro Mayor del Ayuntamiento de Madrid, en un momento en que la arquitectura municipal constituía una de las principales preocupaciones, como hemos comentado ya, del monarca Carlos III. Villanueva realiza entonces tres obras prodigiosas en la capital de España: el "Palacio de las Ciencias " (hoy Museo del Prado, 1785), el "Observatorio Astronómico " (1790) y el desaparecido "Cementerio general del Norte " (1804-1809), primer camposanto en la península que responde a los fines ilustrados de salubridad pública, ya que la política de higiene ciudadana del reformismo borbónico prohibía enterrar los cadáveres en las iglesias y prescribía situar los enterramientos colectivos en lugares extramuros de la población.
En 1785 comienza la edificación del Museo del Prado, que inicialmente fue proyectado para museo de Historia Natural y sólo después de la invasión francesa recibió su actual destino. Se compone de un cuerpo central, que incluye el pórtico hexástilo palladiano y un salón posterior cerrado en semicírculo, y dos grandes cuerpos cuadrados, que se unen a aquél por medio de largos corredores, anunciados al exterior por dos cuerpos alargados con un basamento de arcos y estatuas y con galerías de orden jónico en el piso superior.
El edificio posee tres portadas (funcionalidad), siendo la más notable la que se abre al Paseo del Prado, con sus robustas columnas dóricas inspiradas en las de El Escorial. Encima, en vez de un frontón, traza Villanueva un gran relieve rectangular, a la manera de ático de un arco de triunfo romano. La línea del pórtico está valientemente sacada hacia adelante, lo que, junto a los nichos y las galerías jónicas de los cuerpos alargados, determinan fuertes contrastes luminosos en el edificio que hacen que se hable de Villanueva como del creador de la "arquitectura de sombras ".El aprecio por la arquitectura de Palladio se aprecia de manera evidente en el "Observatorio Astronómico ", que concibe en forma central con cúpula, y con un pórtico principal hexástilo de doble columnata. Tras el incendio de 1790, reconstruye la Plaza Mayor de Madrid.
Pero hay, asimismo, un aspecto claramente romántico en Villanueva. A él se deben los jardines del Palacio de Aranjuez en el que siguió el modelo anglo-chino, con sus trazados serpenteantes, caprichos de rocas, kioscos, casas de madera, etc...Villanueva dejó buenos discípulos, entre los que destacan Isidro González Velázquez y Antonio López Aguado, y el Neoclasicismo continuó vigente en España durante la primera mitad del siglo XIX, conviviendo con el romanticismo. Algunas muestras son: la "Puerta de Toledo" en Madrid, el "Congreso de los Diputados", la "fachada de la Catedral de Lugo", la "Catedral de Lérida".
FUENTE: www.arteguias.com/neoclasico.htm
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