Art Nouveau. México
Angélica Porras Pimentel
El Art Nouveau fue un movimiento que
se desarrolló principalmente en el campo de la arquitectura y de las artes
decorativas entre 1894 y 1910. Inscrita dentro del llamado Modernismo europeo,
esta corriente adoptó distintos nombres según las ciudades en las que hubo talleres
representativos (Bruselas, París, Nancy, Viena, Barcelona, Nueva York, Glasgow
y otras). Sin embargo, fue la denominación Art Nouveau, dada por Henry van de
Velde en 1894, la que se impuso con el tiempo.
El Art Nouveau nació como una reacción polémica contra el academicismo y el eclecticismo del siglo XIX y no se enseñó en las academias. Más bien, se desarrolló en los talleres de artesanos, cuya inquietud era crear objetos que ofrecieran simultáneamente una utilidad práctica y un estímulo estético a los sentidos, característica ausente en los objetos producidos masivamente en las manufacturas industriales de la época.
Rechazando los estilos anteriores, los creadores del Art Nouveau tomaron su inspiración en los motivos y colores de la naturaleza (flores, conchas, ramas entrelazadas, nubes, humo, libélulas, mariposas, criaturas marinas, etc.) así como en la figura de la mujer, presentándola en su plena juventud, fuerte, sensual, semidesnuda, ofreciéndose provocativamente triunfadora a los ojos de quienes la contemplan.
En cuanto a la arquitectura, se construyeron numerosos edificios y casas con fachadas y decoraciones interiores que retomaron elementos de dicho estilo, lo cual nos permite suponer que los modelos Art Nouveau tuvieron aceptación en la sociedad mexicana de la época por lo exquisito de sus composiciones y por su atrevimiento formal. Varios ejemplos sobreviven en la colonia Roma y el Gran Hotel de México (Ex -centro Mercantil) todavía conserva su elevador estilo nouveau.
Dentro del campo de la plástica, Julio Ruelas, colaborador de la Revista Moderna y de la Revista Moderna de México, fue el artista que dominó la estética del Art Nouveau y supo traducir, a través de sus ilustraciones, los sentimientos oscuros, la decadencia, la libertad y el erotismo patentes en los textos de los colaboradores de la revista. Además de varias viñetas de Ruelas, la exposición presenta un gran retrato al óleo del Sr. Jesús Luján, con un marco de alambrón y yeso al estilo nouveau, préstamo del Museo Francisco Goitia de Zacatecas.
Además, Art Nouveau en México le ofrece una oportunidad magnífica para apreciar de cerca la maqueta de vidrio que sirvió de base a Louis Comfort Tiffany para elaborar el telón de vidrio de la gran sala de conciertos del Palacio de Bellas Artes. La maqueta fue fabricada por Róth Miksa, con el proyecto de Geza Maroti. La imagen de los volcanes es original de Adamo Boari.
El Art Nouveau nació como una reacción polémica contra el academicismo y el eclecticismo del siglo XIX y no se enseñó en las academias. Más bien, se desarrolló en los talleres de artesanos, cuya inquietud era crear objetos que ofrecieran simultáneamente una utilidad práctica y un estímulo estético a los sentidos, característica ausente en los objetos producidos masivamente en las manufacturas industriales de la época.
Rechazando los estilos anteriores, los creadores del Art Nouveau tomaron su inspiración en los motivos y colores de la naturaleza (flores, conchas, ramas entrelazadas, nubes, humo, libélulas, mariposas, criaturas marinas, etc.) así como en la figura de la mujer, presentándola en su plena juventud, fuerte, sensual, semidesnuda, ofreciéndose provocativamente triunfadora a los ojos de quienes la contemplan.
Art Nouveau en México
La circunstancia social que vivió la ciudad de México durante la última década del siglo XIX estimuló el acercamiento de artistas e intelectuales a las novedades vigentes en Europa central. Así fue como ciertas modalidades del llamado Modernismo llegaron a la literatura, la arquitectura y las artes decorativas del cambio de siglo. Si bien podría ser aventurado hablar de un movimiento Art Nouveau mexicano, sin embargo, se tiene la certeza de que en México se vendieron algunos objetos franceses pertenecientes a esta corriente, en tiendas como la Cristalería de Plateros y G. Hildebrand y Cía, ubicada en la actual calle Madero.
En cuanto a la arquitectura, se construyeron numerosos edificios y casas con fachadas y decoraciones interiores que retomaron elementos de dicho estilo, lo cual nos permite suponer que los modelos Art Nouveau tuvieron aceptación en la sociedad mexicana de la época por lo exquisito de sus composiciones y por su atrevimiento formal. Varios ejemplos sobreviven en la colonia Roma y el Gran Hotel de México (Ex -centro Mercantil) todavía conserva su elevador estilo nouveau.
Dentro del campo de la plástica, Julio Ruelas, colaborador de la Revista Moderna y de la Revista Moderna de México, fue el artista que dominó la estética del Art Nouveau y supo traducir, a través de sus ilustraciones, los sentimientos oscuros, la decadencia, la libertad y el erotismo patentes en los textos de los colaboradores de la revista. Además de varias viñetas de Ruelas, la exposición presenta un gran retrato al óleo del Sr. Jesús Luján, con un marco de alambrón y yeso al estilo nouveau, préstamo del Museo Francisco Goitia de Zacatecas.
Además, Art Nouveau en México le ofrece una oportunidad magnífica para apreciar de cerca la maqueta de vidrio que sirvió de base a Louis Comfort Tiffany para elaborar el telón de vidrio de la gran sala de conciertos del Palacio de Bellas Artes. La maqueta fue fabricada por Róth Miksa, con el proyecto de Geza Maroti. La imagen de los volcanes es original de Adamo Boari.
La Casa Requena
Sin duda alguna, uno de los mejores ejemplos que existen para ilustrar el gusto y la aceptación que tuvo el Art Nouveau en México son los muebles de la Casa Requena. Hacia 1905, esta mansión, ubicada en la calle de Santa Veracruz no. 43, fue completamente decorada y amueblada en el estilo Art nouveau por su dueño, José Luis Requena, con la ayuda del artista catalán Ramón P. Cantó y unos artesanos mexicanos. Hoy en día, gran parte del ajuar de esa casa se encuentra expuesto en el Museo Quinta Gameros de Chihuahua. La exposición Art nouveau en México presenta una sección en la cual se exhiben los muebles originales de la Casa Requena, como las recámaras "del pavo real" y "de la caperucita roja", entre otros.
Recipiente troquelado
Objeto decorativo
Durante el
porfiriato la fisonomía del país comenzó a cambiar debido al crecimiento
económico y a la apertura de inversiones extranjeras, hecho que no sólo
benefició a la capital, sino que también llegó a representar una mejoría en
otras ciudades del país, como Puebla, Guanajuato y Chihuahua. Se trabajo para
que el país presentara un aspecto “modernizado” que encajara en las modas y
avances tecnológicos con los que contaban los países europeos. También surgió
de manera más fuerte el interés por lo europeo, sobretodo por lo francés, en
distintas áreas que comprendían desde la filosofía y la literatura hasta la
moda y costumbres pasando por las artes gráficas y la arquitectura.
Sin embargo, en
la arquitectura no llegó a haber uniformidad entre las construcciones. No había
un estilo fijo a seguir y se dio en el país un eclecticismo en la arquitectura.
Los arquitectos europeos traían nuevas tendencias como el art nouveau y los
arquitectos mexicanos tomaron elementos de los estilos neogótico y renacentista,
mientras que se seguía trabajando con los elementos del neoclásico que tan
fuerte se dio en un principio durante el siglo XIX
La gente del
campo comenzó a emigrar a la ciudad ya que sus tierras habían pasado a manos de
los grandes hacendados. La ciudad requería de varios cambios. Muchos ya se
habían comenzado una vez que terminó el periodo novo hispano y con las leyes de
Reforma en que muchas propiedades de la Iglesia pasaron a manos del gobierno y
distintos edificios, como los conventos, se convirtieron en escuelas,
bibliotecas u hospitales mediante la aplicación de la Ley
de desamortización de bienes civiles
y eclesiásticos de 1856.
También se
comenzó con la ampliación de calles o la apertura de nuevas. Se realizó una
traza urbana pretendiendo imitar a las ciudades europeas. Como parte de un
programa de “embellecimiento” de la ciudad, se crearon muchas plazas y parques
en que la naturaleza, con sus flores y árboles, parecía ser el personaje
principal. La ciudad comenzó a cambiar integrando a la arquitectura nuevas
modalidades estilísticas que comenzaban a dejar de lado el neoclasicismo
impuesto por la academia y prueba de ellos son los ejemplos de art nouveau que
nos encontramos.
La nueva clase
social que surgió en la ciudad de México requería de espacios que ayudaran a
satisfacer sus necesidades de moda y de lujo.
Así es que,
además de la colocación de parques donde las familias solían pasear los
domingos, se dio la construcción de teatros y de grandes almacenes comerciales
que proveían a este sector de la población de espectáculos culturales o de
vestimentas a la moda europeo. El edificio destinado al teatro se encuentra
sobre la avenida Francisco I. Madero, el Palacio de Bellas Artes, un gran
ejemplo del eclecticismo que prevaleció en México durante la época y que aporta
elementos del art nouveau. En un principio el objetivo era que el edificio se
convirtiera en el Teatro Nacional y fuera escenario de obras de teatro, danza y
ópera.
Palacio de Bellas
Artes
El edificio está
sostenido por una estructura de acero cubierta por concreto en los
interiores, y por mármol, mexicano e italiano, al exterior, labor que se
llevó a cabo entre 1912 y 1916. Francisco de la Maza en su libro
El edificio está
sostenido por una estructura de acero cubierta por concreto en los interiores,
y por mármol, mexicano e italiano, al exterior, labor que se llevó a cabo entre
1912 y 1916. Francisco de la Maza en su libro
Del neoclacisimo
al art nouveau y primer viaje a Europa, señala que Boari
intentó realizar un art nouveau “mexicanizado”, por ello es que se le fue
encargado al escultor Fiorenzo Gianetti la realización de los mascarones con
cabezas de animales “propios” mexicanos como el chivo o el perro, así como del
caballero águila y la serpiente que fue utilizada para crear un arco sobre las
ventanas en la fachada principal.
Palacio de Bellas
Artes
La herrería de
las ventanas de la planta baja, fue realizada por el italiano Alessandro
Mazzucotelli siguiendo el modelo diseñado por Boari. Se trata de una
composición simétrica de líneas rectas en que se sobreponen varias curvas que
poco a poco forman hojas o flores con todo y sus tallos. En la parte superior,
al centro, se colocaron un par de círculos, uno dentro del otro. Sobre el
círculo interior se encuentran un par de serpientes colgando, las cuales se colocaron
con la cabeza mirando la una a la otra.
Palacio de Bellas Artes
Al interior el
art nouveau también está presente con el uso de vitrales dentro de la sala de
espectáculos. En el techo se encuentra un diseño del húngaro Géza Mároti, un
vitral circular que plasma seres de la mitología griega como lo es Apolo con sus
nueve musas. Esta pieza fue realizada en Hungría y después enviado a México. El
proscenio está enmarcado por otra obra del húngaro, un vitral en que se
representan diferentes personajes dentro de la historia del teatro. En ambos
vitrales sobresale el color amarillo. En el arco del proscenio se emplearon
diferentes colores para dar variación a los personajes y a su vestimenta, pero
es notorio el color dorado que se empleo como fondo.
Herrería Palacio Bellas Artes
En el centro de
la ciudad nos encontramos con dos ejemplos que llegan a rescatar elementos que
nos remiten al art nouveau. El primero de ellos es el ahora Gran Hotel de la Ciudad
de México, que antes fuera El Centro Mercantil (ilustr.
44). Ubicado en la calle 16 de septiembre, fue construido entre 1896 y 1897 por
los ingenieros Daniel Garza y Gonzalo Garita para el señor Nicolás de Teresa.
En este edificio
tampoco nos encontramos con una muestra estilística "pura", ya que la
fachada que presenta el edificio es de estilo neoclásico, mientras que en su
interior es el art nouveau lo que prevalece. Por un lado es importante el uso
que se le da al hierro, sobresaliendo en la elaboración de la balaustrada y
como armazón de lo que es el elevador.
Los motivos de la
herrería tienen una forma determinada mas no identificable en los registros
fitomoorficos o zoomorficos, son como líneas que se van entrelazando formando
diferentes curvas, lo que se puede distinguir son unos círculos con las letras “C”
y “M” sobrepuestas. Sin embargo, lo que más llama la atención del edificio es
el gran vitral en el techo el cual le proporciona luz natural al edificio con
diferentes tonalidades por los colores empleados. Sostenidos por una estructura
de hierro los vidrios forman diversas figuras geométricas en que prevalecen los
colores azul y amarillo. La obra fue fabricada en Francia por Jackes.
Gran Hotel de la Ciudad de México
Por otro lado nos
encontramos con el edificio del Palacio de Hierro.
Los socios que
formaban la J. Tron y Cía decidieron establecer en México una tienda que
estuviera al nivel de las tiendas departamentales de otras ciudades importantes
como París. Fue así como se comenzó con la construcción de un edificio,
anterior al actual, diseñado por los hermanos Ignacio y Eusebio de la Hidalga.
Lo que resaltó de esta construcción de cinco pisos fue el gran uso del hierro como
material de construcción al formar con éste el armazón del edificio, de ahí es
que se deriva el nombre de la tienda. Sin embargo, este edificio sufrió de un
incendio lo que llevó a la construcción del actual edificio en la calle 20 de
noviembre. Esta nueva construcción fue diseñada por el arquitecto francés Paul
Dubois quien usó el concreto armado, una innovación de la época.
Palacio de Hierro
Esta construcción
aun recoge elementos del art nouveau, como el empleo del hierro para los barandales
de las escaleras y principalmente el vitral que funge como techo que es de un
estilo que remite a los vitrales de Tiffany y al vitral del edificio antes
mencionado. En el exterior se encuentra otro elemento en la ornamentación;
mediante mosaicos en que prevalecen los colores amarillo, verde y azul se
forman figuras diversas, formas vegetales aisladas, o bien que forman un marco para
distintos textos en que se anuncia lo que la tiene ofrece, como: bonetería,
muebles, guantes, sombreros, etcétera . Se convirtió en una manera de anunciar los
productos que se vendían dentro, y mediante el color y el brillo de los mosaicos,
que contrasta con el fondo pálido de las paredes, estos diseños se vuelven más
llamativos. Este tipo de ornamentación es similar a la que se encuentra en
algunas fachadas de casas en Bruselas realizada con una técnica llamada
“sgraffiti” que es parecida a los frescos.
Así mismo, el
surgimiento de una nueva clase social y el deseo de “salir del centro” llevó a la
formación de nuevas colonias alrededor de lo que ahora es el cuadro del centro
de la ciudad. Las principales colonias comenzaron a crecer a un costado de lo
que es el Paseo de la Reforma. De 1890 a 1900 se fueron formando las colonias Reforma,
Hidalgo y Condesa. Ya entrado el nuevo siglo surgieron las colonias Juárez,
Roma y Cuauhtémoc.
En general las
casas siguen con una misma traza. Había un patio central el cual era rodeado
por los distintos cuartos que formaban un pasillo al final del cuál se
encontraba el baño. La sala, con una gran ventana, se encontraba en el segundo
piso y generalmente daba a la calle, aspecto que es similar a las casas de esta
época que se pueden encontrar en Europa. Tal es el caso de la Casa
Batló de Gaudí en Barcelona y la Casa
y Taller Horta en Bruselas, ubicadas en zona exclusiva de
la ciudad donde se ubican, la sala está del lado que da a la calle con una
ventana amplia.
El comedor era un
lugar importante de reunión y en muchas casas se llega a encontrar un vitral en
él.
Casa Colonia Roma
En la calle de Chihuahua #78 nos encontramos
con una residencia, que aunque aun conserva cortinas, se puede observar por
algunos orificios en puerta y ventanas, que el inmueble se encuentra en
abandono ya que se puede ver el escombro que hay en su interior. Esta fachada tiene
la peculiaridad de venir firmada por “Arquitectura Prunes”, sin embargo, no se ha
logrado encontrar más información con respecto a esta firma. En la parte central
de la fachada, la pared se ha conservado de color gris, mientras que lo que
resta de pared está pintada de un tono de amarillo muy claro, aunque dado el
estado de conservación se observan muchas manchas negras o verdes causadas por la
humedad. Fuera de los barrotes verticales que se encuentran en la parte
inferior de las ventanas, todo lo que es ornamentación en esta fachada emplea
líneas onduladas, cómo lo podemos observar en los marcos de las ventanas
realizadas con concreto y aquellos que se encuentran adosadas a los vidrios que
fueron realizados con madera.
Incluso la puerta tiene un detalle con
líneas curvas. El marco que el arquitecto diseñó para ventanas y puertas
comienza en la parte inferior por un elemento que pareciera un racimo de uvas.
De ahí se desprende una línea que se desenvuelve como ondulación y sube, al
llegar a la esquina, la línea se vuelve una franja de líneas onduladas que se sobreponen
dando la impresión de movimiento. Esta franja cubre toda la parte superior del
marco para después en la esquina volver a caer del mismo modo en que comenzó,
lo que convierte a esto en un diseño simétrico. La mayoría de las líneas curvas,
así como en el ejemplo anterior, terminan en flores y otros elementos vegetales,
los cuales también se pueden observar en la pequeña cornisa que separa los dos
pisos de la casa.
Casa en
Chihuahua, #78 Roma.
En mejores
condiciones de conservación se encuentra la casa en la esquina de las calles
Colima y Córdoba. En esta fachada, los elementos del art nouveau son más
escasos que en los ejemplos anteriores, además de que resalta mucho el hecho de
que gran parte de ella está elaborada por tabique y piedra en la parte
inferior, lo que hace que no sea un muro plano como en los anteriores casos,
además de darle una coloración diferente, ya que las piedras son oscuras
mientras que el tabique es de distintos tonos de café. En esta fachada también vemos
el empleo de la línea curva como modo de ornamentar las ventanas y los balcones
e incluso los sótanos. Alrededor de las ventanas se encuentran varias formas vegetales
y florales. Arriba del marco de la ventana se coloco una especie de franja
ornamental. Se trata de un diseño geométrico que al centro tiene una abertura y
a los costados son líneas como si fueran los tallos de las flores que se
encuentran al final, similares a las rosas
En la Colonia Juárez
encontramos una casa más. Se trata de la construcción ubicada sobre la calle
Florencia, muy próxima al monumento del Ángel de la Independencia. Actualmente
es una sastrería que conserva el color gris. Sobre la puerta de entrada se
encuentran un par de ventanas con una forma poco común. Es como un rectángulo
cuyos vértices no se han definido bien ya que se han curveado en sus esquinas.
En un piso superior, se encuentra una ventana, en cuyo marco superior se colocó
una especie de guirnalda de varias ramas con sus hojas y que va siguiendo una trayectoria
curva. El balcón frente a esta ventana tiene una herrería pintada de blanco con
un motivo que se repite tres veces. Al centro se encuentra una línea que sube y
después, en un punto donde se colocó una flor parecida a la margarita, se separa
en dos y cae de modo que crea una ondulación.
Casa
en Calle Florencia
El impacto del
art nouveau estuvo no sólo en las construcciones sino también en la decoración
interior de las casas. El ejemplo más conocido en México es la casa del banquero
José Luis Requena, ubicada en la calle de la Santa Veracruz, 43. Fue el mismo
señor Requena, junto con el dibujante catalán Ramón P. Cantó, quienes diseñaron
todos los muebles para esta casa siguiendo este estilo. Desde los muebles para
el baño, distintas sillas, el comedor y las recamaras fueron fabricados con el
estilo. A la vez que se cumplía con una necesidad, los muebles tenían un sello estético
y artístico, por lo que se convertían en objetos de lujo que llevaron a su
dueño a sobresalir dentro de la sociedad. La mayoría de los muebles son de
madera y van formando figuras vegetales, animales o líneas curvas que se van
entrelazando a lo largo de la superficie.
En una de las recámaras utilizó como
motivo principal el pavo real, y todo lo que se diseñó, la cama, el armario
siguen este motivo. En la recamara infantil optó por el cuento de Caperucita
Roja. En el comedor se integraba la pintura de la pared con la
madera pegada a ésta. Así como también se integra el uso de los vitrales enmarcados
por curvas de madera. La colección fue declarada Monumento Nacional en 1969 y
dos años más tarde, los objetos fueron llevados a Chihuahua a raíz de un
comodato firmado por Pedro Fossas Requena a la Universidad Autónoma de ese estado.
Desde entonces los muebles se exhiben en el edificio conocido como Quinta
Gameros.
Cama en Casa Requena
Comedor Casa Requena
Si bien es en la
arquitectura de las casas particulares en donde más ejemplos se encontraron,
también en los edificios públicos se encuentran elementos. Tal es el caso de
algunas construcciones dentro de la colonia Santa María la Ribera. Esta colonia
surgió años antes de que comenzara el porfiriato, alrededor de la década de 1860,
más es durante este período que la colonia tuvo más auge con la incorporación
de servicios como la higiene y el alumbrado públicos. Si bien la colonia
también estuvo financiada por capital extranjero, los habitantes eran de una
clase media baja, como profesionales, comerciantes y burócratas. Los hermanos
Flores, fundadores de la colonia, incorporaron plazas y otras áreas comunes
para crear una vida comunitaria.
Museo de Geología
En 1902, también
como parte de los festejos del Centenario de la Independencia, se comenzó con
la construcción del edificio que albergaría el Instituto de Geología y es hoy
Museo de Geología y Paleontología. Antes de pasar a ver las piezas que ahí se
exponen, el público se topa en el vestíbulo con una doble escalera de hierro la
cual esta pintada de color verde y que bien sigue con el art nouveau. Los
barrotes de líneas verticales se intercalan con cuadros que al centro tienen
líneas curvas que se desenvuelven formando el tallo de unas flores y
acompañados por sus hojas.
Museo de Geología
Kiosco de Santa María la Ribera
Museo del Chopo
El Museo del
Chopo es una estructura de hierro y vidrio desarmable y prefabricada en
Alemania, fue montada en México por el ingeniero Luis Bacmeister, con el fin de
albergar exposiciones de tipo industrial y artístico. El edificio en un inicio
fue realizado para una muestra de arte industrial en 1902 en Dusseldorf,
Alemania. El autor Françoise Dasques, en un artículo sobre la Iglesia de Santa
Rosalía en Baja California Sur, señala que “ya en la segunda mitad del siglo
(XIX), todos los países europeos con siderurgia y colonias diseñan, fabrican,
instalan y exportan elementos, estructuras y edificios metálicos”
A un costado del
Palacio de Bellas Artes nos podemos encontrar con un ejemplo más del art nouveau
en México. Sin embargo, esta estructura es mucha más reciente que las antes
mencionadas. Se trata de una entrada de estación del Metro Bellas Artes donada
por el gobierno francés en el año de 1994 a la Ciudad de México . Se trata de una
copia de una de las entradas del metro de París diseñadas por Hector Guimard.
Entrada Metro Bellas Artes
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