Vanguardias Siglo XX. Surrealismo y Expresionismo Alemán


Angélica Porras Pimentel


Es un movimiento artístico y literario fundado por el francés André Breton por su tratado de “el manifiesto surrealista”.

En el surrealismo el arte se concibe como una forma de olvidarse de la realidad y buscar una manera de que el hombre se encierre en sí mismo, por algo su significado se deriva de dos raíces griegas: sub. que significa por debajo y realismo que implica lo que realmente es, o sea, la realidad.

El movimiento surrealista nace en Francia finalizada la primera guerra mundial, cuando André Breton escribe el “Manifiesto surrealista en 1924.Según Breton la posguerra exigía un arte nuevo, no de la cruel realidad, sino de los sueños y fantasías de uno. Breton se inspiro en un sicoanalista llamado Freud, quien descubrió que la libertad pura del ser humano se encuentra en los sueños, por que están por ejemplo la agresividad y el placer.

Los planteamientos del movimiento surrealista tenían una raíz política y un sector del surrealismo se afilió al Partido Comunista Francés. Se sucedieron manifiestos contradictorios y el movimiento comenzó a disgregarse. A pesar de su deterioro, en 1938 se celebra en París la Exposición Surrealista Internacional, debido a que el movimiento se había extendido por muchos países.
Finalizada la contienda mundial, en 1946, el surrealismo como movimiento unitario ya prácticamente había desaparecido.


Retrato en "Vertumnus" (Verano) del emperador Rodolfo II realizado por Giuseppe Arcimboldo. Todos los frutos y flores representados en el cuadro eran propios de la estación del verano en el siglo XVI. Algunos surrealistas vieron en él a un precursor.


Los surrealistas señalaron como precedentes de la empresa surrealista a varios pensadores y artistas, como el pensador presocrático Heráclito, el Marqués de Sade y Charles Fourier, entre otros. En la pintura, el precedente más notable es Hieronymus Bosch "el Bosco", que en los siglos XV y XVI creó obras como "El jardín de las delicias" o "El carro de heno". El surrealismo retoma estos elementos y ofrece una formulación sistemática de los mismos. Sin embargo su precedente más inmediato es el dadaísmo, corriente de la que retoma diferentes aspectos.
 
 
Características del movimiento


El surrealismo se caracterizó por interpretación de la realidad desde el sueño, el inconsciente, la magia y la irracionalidad Conjunción de imágenes dispares (reales o irreales), tanto en el tiempo como en el espacio.

- Los objetos y formas sin su significación tradicional (principio de la "desorientación"), el observador queda desorientado.

- Creación de imágenes equívocas de manera que una misma cosa puede ser interpretada de varias maneras (principio de la "discordancia”).



- Da importancia a lo paradójico, lo absurdo, la caducidad, la destrucción y lo misterioso.

- Además de lo onírico, representación de toda clase de simbologías, especialmente eróticas y sexuales. Todo aquello estaba en contra de la moral, la tradición y la cultura burguesa.
 
A partir de 1925, a raíz del estallido de la guerra de Marruecos, el surrealismo se politiza; se producen entonces los primeros contactos con los comunistas, que culminarían ese mismo año con la adhesión al Partido Comunista por parte de Breton.
Entre 1925 y 1930 aparece un nuevo periódico titulado El Surrealismo al servicio de la Revolución en cuyo primer número Louis Aragón, Buñuel, Dalí, Paul Éluard, Max Ernst, Yves Tanguy y Tristan Tzara, entre otros, se declaran partidarios de Breton. Por su parte Jean Arp y Miró, aunque no compartían la decisión política tomada por Breton, continuaban participando con interés en las exposiciones surrealistas. Poco después se incorporaron Magritte (1930), Masson (1931), Giacometti y Brauner en 1933 y también Matta (que conoce a Breton en 1937 por mediación de Dalí) y Lam; el movimiento se hizo internacional apareciendo grupos surrealistas en los Estados Unidos, Dinamarca, Londres, Checoslovaquia y Japón. Desde este momento, se abrirá una disputa, a menudo agria, entre aquellos surrealistas que conciben el surrealismo como un movimiento puramente artístico, rechazando la supeditación al comunismo, y los que acompañan a Breton en su giro a la izquierda.
En 1929 Breton publica el Segundo Manifiesto Surrealista, en el que condena entre otros intelectuales a los artistas Masson y Francis Picabia. En 1936 expulsa a Dalí por sus tendencias fascistas y a Paul Éluard. En 1938 Breton firma en México junto con León Trotski y Diego Rivera el Manifiesto por un Arte Revolucionario Independiente.
El surrealismo tomó del dadaísmo algunas técnicas de fotografía y cinematografía así como la fabricación de objetos. Extendieron el principio del collage (el "objeto encontrado") al ensamblaje de objetos incongruentes, como en los poemas visibles de Max Ernst. Este último inventó el frottage (dibujos compuestos por el roce de superficies rugosas contra el papel o el lienzo) y lo aplicó en grandes obras como Historia Natural, pintada en París en 1926.
Otra de las nuevas actividades creadas por el surrealismo fue la llamada cadáver exquisito, en la cual varios artistas dibujaban las distintas partes de una figura o de un texto sin ver lo que el anterior había hecho pasándose el papel doblado. Las criaturas resultantes pudieron servir de inspiración a Miró.
En el terreno literario, el surrealismo supuso una gran revolución en el lenguaje y la aportación de nuevas técnicas de composición. Como no asumía tradición cultural alguna, ni desde el punto de vista temático ni formal, prescindió de la métrica y adoptó el tipo de expresión poética denominado como versículo: un verso de extensión indefinida sin rima que se sostiene únicamente por la cohesión interna de su ritmo. Igualmente, como no se asumía la temática consagrada, se fue a buscar en las fuentes de la represión psicológica (sueños, sexualidad) y social, con lo que la lírica se rehumanizó después de que los ismos intelectualizados de las Vanguardias la deshumanizaran, a excepción del Expresionismo. Para ello utilizaron los recursos de la transcripción de sueños y la escritura automática, y engendraron procedimientos metafóricos nuevos como la imagen visionaria. El lenguaje se renovó también desde el punto de vista del léxico dando cabida a campos semánticos nuevos y la retórica se enriqueció con nuevos procedimientos expresivos.
 
Pintura surrealista
Masson adoptó enseguida las técnicas del automatismo, hacia 1923-1924, poco después de conocer a Breton. Hacia 1929 las abandonó para volver a un estilo cubista. Por su parte Dalí utilizaba más la fijación de imágenes tomadas de los sueños, según Breton, «...abusando de ellas y poniendo en peligro la credibilidad del surrealismo...»; inventó lo que él mismo llamó método paranoico-crítico, una mezcla entre la técnica de observación de Leonardo da Vinci por medio de la cual observando una pared se podía ver como surgían formas y técnicas de frottage; fruto de esta técnica son las obras en las que se ven dos imágenes en una sola configuración. Óscar Domínguez inventó la decalcomanía (aplicar gouache negro sobre un papel el cual se coloca encima de otra hoja sobre la que se ejerce una ligera presión, luego se despegan antes de que se sequen). Además de las técnicas ya mencionadas de la decalcomanía y el frottage, los surrealistas desarrollaron otros procedimientos que incluyen igualmente el azar: el raspado, el fumage y la distribución de arena sobre el lienzo encolado.
 
Salvador Dalí junto a Man Ray.
Miró fue para Breton el más surrealista de todos, por su automatismo psíquico puro. Su surrealismo se desenvuelve entre las primeras obras donde explora sus sueños y fantasías infantiles (El Campo labrado), las obras donde el automatismo es predominante (Nacimiento del mundo) y las obras en que desarrolla su lenguaje de signos y formas biomorfas (Personaje lanzando una piedra). Arp combina las técnicas de automatismo y las oníricas en la misma obra desarrollando una iconografía de formas orgánicas que se ha dado en llamar escultura biomórfica, en la que se trata de representar lo orgánico como principio formativo de la realidad.
René Magritte dotó al surrealismo de una carga conceptual basada en el juego de imágenes ambiguas y su significado denotado a través de palabras poniendo en cuestión la relación entre un objeto pintado y el real. Paul Delvaux carga a sus obras de un espeso erotismo basado en su carácter de extrañamiento en los espacios de Giorgio de Chirico.
El surrealismo penetró la actividad de muchos artistas europeos y americanos en distintas épocas. Pablo Picasso se alió con el movimiento surrealista en 1925; Breton declaraba este acercamiento de Picasso calificándolo de «...surrealista dentro del cubismo...». Se consideran surrealistas las obras del período Dinard (1928-1930), en que Picasso combina lo monstruoso y lo sublime en la composición de figuras medio máquinas medio monstruos de aspecto gigantesco y a veces terrorífico. Esta monumentalidad surrealista de Picasso puede ponerse en paralelo con la de Henry Moore y en la poesía y el teatro con la de Fernando Arrabal. Otros movimientos pictóricos nacieron del surrealismo, o lo prefiguran, como por ejemplo el Art brut.
En 1938 tuvo lugar en París la Exposición Internacional del Surrealismo que marcó el apogeo de este movimiento antes de la guerra. Participaron entre otros, Marcel Duchamp, Arp, Dalí, Ernst, Masson, Man Ray, Óscar Domínguez y Meret Oppenheim. La exposición ofreció al público sobre todo una excelente muestra de lo que el surrealismo había producido en la fabricación de objetos.

Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, los surrealistas se dispersan, algunos de ellos (Breton, Ernst, Masson) abandonan París y se trasladan a los Estados Unidos, donde siembran el germen para los futuros movimientos americanos de posguerra (expresionismo abstracto y Arte Pop).
 
Observamos dos vertientes. El surrealismo abstracto, donde artistas como Masson, Miró o Klee crean universos figurativos personales a partir del automatismo más puro. Y Ernst, Tanguy, Magritte o Dalí que se interesan más por la vía onírica, un surrealismo figurativo cuyas obras exhiben un realismo fotográfico, aunque totalmente alejadas de la pintura tradicional.

Marc Chagall
Marc Chagall (Vitebsk 1887- Saint Paul de Vence 1985) prolífico artista de ascendencia judía que participó en las distintas vanguardias de principios del siglo XX aunque no se vinculó estrechamente con ninguna de ellas, salvo por el Surrealismo. Su iconografía está caracterizada por la reproducción de escenas de su pueblo natal así como momentos cotidianos en diversas comunidades judías.
Gracias a la presencia de la tradición y la cultura judaica, hoy en día Chagall es una de las personalidades más destacadas en el museo de la ciudad israelí de Tel -Aviv. La mayoría de sus obras contienen paisajes y personas por él conocidos como su mujer, su tío o el riachuelo que recorría su pueblo. Un buen ejemplo de ello es la obra Yo y la aldea del año 1911. En todas estas obras Chagall mezcla lo real con lo ideal, lo imaginario con lo nostálgico. Por tanto en sus obras, articuladas a partir de figuras geométricas, muestra lo que él mismo fue, entremezclando lo ruso, con lo judío, con las vanguardias francesas y su propio estilo y pensamiento. Por todo ello sus pinturas están repletas de figuras imaginarias superpuestas que hacen que el espectador deba recorrer con la mirada cada esquina de la composición.

Salvador Dalí
 
 
Salvador Dalí, hijo de un prestigioso notario de Figueres, nació el 11 de Mayo de 1904. Desde muy joven se dedicó al dibujo y a la pintura, a los diez años ya dibujaba y pintaba con bastante regularidad, sobre todo retratos de miembros de su familia y paisajes.

En 1922 va a estudiar a Madrid, a La Escuela de Bellas Artes de San Fernando, de la que será expulsado en 1926 por negarse a ser examinado de una asignatura, ya que pensaba que ninguno de sus profesores sabía más que él de esa materia. Mientras estudia, se aloja en la Residencia de Estudiantes, donde conocerá a Luis Buñuel y a Federico García Lorca, con los que trabará una gran amistad además de realizar numerosos proyectos artísticos.

Entre los cuadros de esta época destacan Retrato de Luis Buñuel y Muchacha en la ventana. En este último rompe con los convencionalismos al situar a la muchacha, que es su hermana, de espaldas al espectador.

Los primeros cuadros surrealistas de Dalí se pintan en Cataluña, La miel es más dulce que la sangre y Aparato y mano.

En sus pinturas, Salvador Dalí, exterioriza las obsesiones ocasionadas por los traumas de su infancia, de manera que podemos entender su obra como una autoconfesión. Sus padres habían tenido otro hijo llamado Salvador que había muerto. Este incidente hizo que sus padres vieran en él un gemelo del hijo perdido, poniéndole el mismo nombre y comparándolo continuamente.
El sexo y las enfermedades venéreas son otra de sus preocupaciones. Dalí sentirá un horrible pánico al sexo, sobre todo al femenino, por lo que también sufrirá impotencia, que le hará entregarse al onanismo como sustituto. De ahí la proliferación de forma ácidas y muletas y su tendencia a la exageración.
Joan Miró
Joan Miró nació en Barcelona el 20 de Abril de 1893. Siguiendo los deseos de su padre estudió en la Escuela de Comercio de Barcelona y asistió a las clases de la Escuela de Bellas Artes.
Ejerció como contable en la droguería Dalmau y Oliveres, pero no consigue adaptarse al trabajo y esto le provoca una crisis nerviosa. Se traslada a descansar a la casa de campo que poseía su familia en Mont-roig, un pueblecito de Tarragona, y aquí es cuando decide dedicarse completamente a la pintura.
De regreso a Barcelona, Miró se matricula en la Academia Gali, que proponía como método de enseñanza tocar las cosas, los objetos y las personas para después pintarlas y dibujarlas, de forma que se ampliaba la experiencia sensorial para después traducir visualmente todas esas sensaciones.
Sus primeras obras, entre 1915 y 1918, están influidas por Cézanne, Van Gogh, el brillante colorido fauvista y las formas fragmentadas del Cubiso. En ellas, muestra ya su gusto por las figuras y personajes relacionados con el mundo rural de sus veranos en Mont-roig.
La Masía, pintada en 1922, evidencia la transición al surrealismo. Presenta la granja de su familia. Cada motivo ha sido pintado con el deseo de mostrar sus partes más importantes. Para conseguirlo, altera la disposición convencional de las figuras, elimina la pared del establo para dejar ver lo que hay dentro y varía las perspectivas de los objetos de forma que unos aparecen de frente y otros de perfil.

Todos los elementos están representados con claridad, con precisión y nitidez, imprimiéndoles solidez onírica. La crítica ha calificado a esta etapa como detallista, por la minuciosidad descriptiva con que trata los objetos y personajes relacionados con las labores del campo.

En 1919, Miró viaja a París y bajo la influencia de los poetas y escritores surrealistas su estilo va madurando. A pesar de su afinidad creativa al Surrealismo, nunca estuvo plenamente integrado en el grupo. Sus obras son extraídas del subconsciente con mucha fantasía. Miró quería hacer una mezcla de arte y poesía, creando así un arte nuevo.

El campesino catalán de la guitarra, El carnaval del arlequín o Interior holandés I, responden a una visión fantástica, con imágenes distorsionadas de animales jugando, formas orgánicas retorcidas o extrañas construcciones geométricas. Las figuras se disponen sobre fondos neutros y planos de colores brillantes, especialmente azul, rojo, amarillo, verde y negro. Posteriormente desarrolló obras más etéreas en las que las formas y la figuras orgánicas se reducen a puntos, líneas y explosiones de color, abriéndose paso en la abstracción. Elabora su pintura inspirado en Paul Klee, que pertenece a la escuela surrealista, aunque se vincula con la abstracción.

El carnaval del arlequín es un ejemplo del lenguaje característico de Miró. Son formas abstractas que sufren un proceso de metamorfosis, que se alejan del referente del que partieron, la naturaleza. A pesar del aparente desorden en el que se sitúan los diferentes personajes, hay un orden cromático. Siguiendo el colorido pasamos de un personaje a otro, sin un recorrido definido. Todos tienen la misma importancia, no hay una jerarquía establecida.

Hacia 1934, Miró inicia su Periodo Salvaje, son años de una abstracción más acentuada, sin abandonar el dramatismo. A causa de la Guerra Civil, decide quedarse en París junto a su mujer, Pilar Juncosa y su hija. Inicia una pintura atormentada y gestual cuya máxima expresión es El segador, realizada para el Pabellón de la República española en la Exposición Universal de París de 1937.

Naturaleza muerta con zapatos viejos, realizada también para el Pabellón español, reproduce la sensación de angustia, de dolor y de pánico que se estaba viviendo en España. Los objetos utilizados adquieren carácter simbólico, como por ejemplo, el zapato que se hace enorme y el tenedor que pincha de forma salvaje una patata.







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